Es largamente afirmado el cuestionamiento al peso político de Río Negro. El hecho de haber sido parte del departamento de Paysandú en algún momento de la historia parece haber generado un “ADN” de comparación: “¿por qué se hizo primero el Puente General Artigas que el San Martín?” “¿por qué se invierte en el puerto de Paysandú cuando las condiciones naturales del nuestro, el de Fray Bentos, son superiores?” “¿por qué tantos políticos sanduceros en cargos nacionales de responsabilidad y gestión?” etc., etc. Los hechos también demuestran alguna razón respecto a esta mirada, seguramente parece absurdo que se haya hecho primero el puente General Artigas y luego el San Martín, hoy el principal ingreso al país es este último. Quizá también es válido pensar que las condiciones naturales de navegabilidad priorice el puerto de Fray Bentos sobre el de Paysandú. En cuanto a los cargos de responsabilidad política los razonamientos serían más bien subjetivos, uno de ellos el peso electoral de Río Negro frente a Paysandú. Siempre recordamos una anécdota del año 1998, nos visitó la Comisión de Transporte y Obras Públicas de la Cámara de Diputados, estaban sorprendidos porque los sanduceros los llevaron al puerto para mostrar e involucrarlos en su potencial y debieron esperar horas para poder mover una embarcación porque no tenía calado suficiente. 

Obviamente ahí hay razones que superan los análisis objetivos,  las ventajas comparativas, ahí hay un empuje espiritual, un estado del alma que define el resto. Esta pretende ser una autocrítica sana, que nos sirva para la reflexión y para poner “eso” que nos falta pero que termina imponiendo la prioridad y los hechos. 

En diez días entre la Dirección Nacional de Vialidad, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y AFE, cumpliendo con una demanda de la transnacional UPM, resolvieron levantar el tablero ferroviario sobre el puente General Líber Seregni, a la altura de Mercedes. La única vía que nos quedó fue un recurso de amparo que fue desestimado y se apeló esa decisión. El resultado final fue que el Tribunal denegó nuestro planteo pero dejó establecido de que en caso de volver el modo ferroviario el Ministerio de Transporte y Obras Públicas quedaba obligado a restablecer el trazado. Para quienes tomamos esta iniciativa fue muy positivo porque el objetivo nuestro nunca fue impedir que no se usara todo el espacio, sino que quedara claro que el trazado de una vía férrea sólo podía ser modificado por ley. Objetivo logrado, pero lo hicieron solo representantes de nuestra fuerza política, tanto de Soriano como  de Río Negro. No logramos que primara el interés departamental en el conjunto de nuestro sistema político. 

Una de las políticas públicas más exitosa de nuestra región, el Corredor de los Pájaros Pintados, fue borrado del mapa por el gobierno multicolor encabezado por el Dr. Luis Alberto Lacalle, principales responsables, el binomio ministerial Germán Cardoso- Remo Monzeglio. Lo que era un ejemplo reconocido en América por organismos que permanentemente monitoreaban, como el Banco Interamericano de Desarrollo. Para estos gestores no tenía futuro, al punto de haberse llevado argumentando falsedades, la lancha “Pájaros Pintados I” a la Charqueada, donde “descansa” junto a otra similar que hace cerca de tres años no se usa. La “Pájaros Pintados I” prestó servicios hasta julio de 2019, ahora está anclada y chocada porque hasta fracasaron en eso, la chocaron al bajarla. Cuando leemos  las versiones taquigráficas de la investigadora que trata el asunto del Ministerio de Turismo, sentimos bronca, impotencia, vergüenza ajena, porque la discontinuidad y el desmantelamiento se hizo con la firme oposición de nuestra fuerza política y puntualmente algún integrante de la coalición de gobierno, pero con ausencia absoluta de la institucionalidad de los departamentos de Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano y Colonia. Aramos en el mar. No tuvimos la capacidad de convencer y primo la necedad sobre la realidad: había que desmantelar lo que estaba muy bien a como diera lugar. 

No puede haber mayor poder sin políticas de estado regionales y departamentales con liderazgos faltos de coraje. Como aquello de que la calidad bien entendida empieza por casa y por la positiva: hemos tenido rotundos fracasos que afectan a nuestro departamento desde que asumieron el gobierno nacional y departamental. Nos quitaron cosas fundamentalmente por nuestra desunión y falta de iniciativa. Tenemos la conciencia tranquila, pero estamos a la orden para revertirlo. 

-Tany Mendiondo-