Tabaré Vázquez, que es especialista en oncología y radioterapia desde 1972, reconoció en el último Consejo de Ministros en Melo, que le "duele en el alma" que los uruguayos tengan que viajar para recibir un tratamiento de radioterapia.

"Habría que descentralizar más la atención oncológica en el país", aseguró e instó públicamente al ministro de Salud Pública, Jorge Basso, a que estudie la posibilidad de instalar equipos de radioterapia en las capitales departamentales.

"Todos los enfermos oncológicos del país pueden recibir asistencia médica en los niveles que necesiten", acotó y explicó que Uruguay dispone de excelentes cirujanos oncológicos, radioterapeutas y oncólogos médicos.

Los fraybentinos que han viajado a Montevideo, tienen que convivir cona una especie de "desarraigo" y nuevos temores, pero la atención que reciben es de primera calidad como describe Beatriz Zecca. También elogian la Unidad de Cuidados Paliativos, implementada éste año (ver recuadro aparte)

 EL TESTIMONIO. Beatriz Zecca tiene 65 años.  A los 63, luego de una serie de estudios, le detectaron un tumor en el intestino por lo que debió recibir tratamiento con radioterapia en el Instituto Nacional del Cáncer (INCA) en Montevideo. Fueron 28 sesiones de lunes a viernes. Ingresó un 14 de octubre y finalizó el 11 de diciembre. Luego fue intervenida quirúrgicamente para extirparle el tumor maligno. Hoy se siente recuperada y muy agradecida por la atención recibida.

“Al principio sentís un poco de miedo. Tenés que viajar y  es todo desconocido. Te invade la incertidumbre de saber qué te harán y si te encontrarán algo más” contó Beatriz. Llegó con todos los estudios realizados y un montón de dudas a cuesta.  

“Hoy puedo contar mi experiencia y decirles que esa sensación va desapareciendo a medida que pasan los días porque el trato humano es muy especial y el lugar donde te internan parece un hotel” recuerda la paciente fraybentina. Hay dos pacientes por habitaciones y cuentan con dos médicos todos los días más una nutricionista que les visitan constantemente.

“La higiene es excelente y durante el día te ofrecen desayuno, almuerzo y merienda. Además podés elegir entre un menú con tres opciones. La atención es excepcional y no tengo más que palabras de agradecimiento” reconoció Beatriz.  

Era atendida hasta el viernes. El INCA le proporcionaba los pasajes para que se volviera  Fray Bentos a última hora de ese día y retornara el lunes de madrugada. (*) foto La República.