El jueves 29 próximo pasado en el teatro Young asistimos a la exhibición de “Locura al aire” un manicomio, una radio, un sueño. Es un documental entorno a “Vilardevoz”, radio comunitaria del Hospital Psiquiátrico de Montevideo, con más de 20 años de presencia en el aire. Posteriormente hubo un foro con presencia de pacientes y terapeutas, donde participó el público. El motivo de un viaje a México resultó ser el centro y la excusa para mostrar una realidad que siempre nos interpela.

Hace más de un año que el Uruguay se ha dado una nueva ley de salud mental, fruto de un estudio riguroso que incorporó las miradas de múltiples actores sociales, académicos, del Ministerio de Salud Pública, de las instituciones de familiares, de la UDELAR en todas sus disciplinas, del Instituto Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo y del Poder Judicial, entre muchos otros recibidos por ambas Cámaras. Por tanto es una ley con una mirada integral.

La ley 19.529 que pretende dejar atrás la asistencia de presuntos psicópatas, respondiendo a las necesidades y estándares de la época en la que primaba la visión, ya superada, de peligrosidad como motivo y el aislamiento como solución.

Esta ley formula un proceso cuyo eje medular es crear un marco de protección reforzado ante la enfermedad, sin descuidar otras situaciones alternativas a la salud mental de las personas. Se resalta el carácter transitorio y modificable de los quebrantos de salud mental. Se promueven calidad en recursos asistenciales y humanos, en tratamiento la rehabilitación y la promoción de los factores determinantes del entorno. En definitiva, desde la Política y valiéndose de la legislación, hemos dejado atrás los depósitos asilares y el ocultamiento de los pacientes y se hizo así porque, entre otras cosas, duelen esos viejos rezagos, pues el colectivo al que se ampara, muy discriminado siempre por la misma naturaleza de lo que padecen, están impedidos de la protesta y la demanda que los ubique en la agenda.

“Locura al aire” define el paradigma de lo que debería ser, los mismos pacientes y su terapeuta en ese viaje a México pudieron corroborar los dos modelos de abordaje. En Uruguay es diferente, no estamos cien por ciento en el propósito pero comenzamos el camino para llegar a eso. El camino debe además incluir el propósito explícito de cambiar no sólo la visibilidad del tema, no sólo poner a este colectivo en la agenda pública, sino en repensarnos como sociedad en esta cuestión. Todos en nuestras familias tenemos situaciones complejas, que algunas veces no hemos sabido ni siquiera por dónde comenzar a encarar. Y todos podemos darnos cuenta de que muchas veces a nuestros enfermos se los ha tratado como parias, como algo “peligroso”, como si fueran a contagiarnos de algún raro padecer.

Más sensibilidad con el tema y con la causa, más visibilidad. Y menos miedo. Quizás esa sea la clave, dejar de tenerle miedo, a las personas y a sus padecimientos. Eso más el nuevo encare desde las políticas de Salud, con un abordaje integral, nos harán también mejores personas y seremos una mejor sociedad.

Felicitamos al equipo de salud mental del Hospital de Fray Bentos por la oportunidad de presenciar una actividad que no sólo nos tocó profundamente, sino que nos generó el estado de ánimo para luchar fuertemente por el nuevo paradigma y los cambios necesarios.

-Tany Mendiondo