El principal balneario de agua dulce del país, Las Cañas, está atravesando una de las peores temporadas de los últimos 20 años. Para llegar a esta situación se suman la menor afluencia de argentinos, lluvias intensas en todo enero que corrieron a los campamentistas, y crecida del Río Uruguay que recortó la franja de arena. Por primera vez incluso, un gobierno municipal reconoció problemas de contaminación en las playas y se decidió colocar banderas de advertencia y monitorear la calidad del río diariamente. Hasta ayer las playas continuaban inhabilitadas en gran medida también por la fuerte crecida del Río Uruguay en todo el litoral.

"Las inmobiliarias hacemos un esfuerzo muy grande durante todo el año y la verdad es que me parece que el manejo de la situación no fue el adecuado", consideró Raquel Borges, al frente de una de las firmas que siente el impacto desde que las autoridades decidieron oficializar el problema de la contaminación por coliformes.

Borges dice que el escenario que se imaginan muchos turistas que llaman por teléfono no se ajusta a la realidad y que además el balneario tiene todo un entorno natural excepcional y disfrutable más allá de la playa. "Está en juego el prestigio de Las Cañas por muchos años", reflexionó Borges. En diciembre, la empresaria había notado un descenso del 30% en relación al año pasado pero en enero venía trabajando bastante bien hasta el día 20.

"A partir de ese momento las reservas empezaron a caerse sobre todo de parte de familias con niños, o a postergar las vacaciones" informó Borges, que en la actualidad solo tiene el 10% de las casas alquiladas y para febrero aguarda un panorama igual o peor.

"A este ritmo, casi seguro que vamos a cerrar una temporada con pérdidas", expresó Raquel Borges.