A fines de la semana pasada el nombre de María José Rodríguez comenzó a circular con fuerza en el Frente Amplio como candidata a ocupar el cargo de coordinadora de la coalición de izquierdas junto con Ricardo Ehrlich. Su perfil cumplía con varios requisitos buscados por la dirigencia opositora para completar la dupla, pero también despertaba dudas en algunos sectores.

Rodríguez, dirigente socialista de Río Negro, fue propuesta por las bases del interior como señal de cambio hacia un sector donde el Frente Amplio perdió pisada en el último ciclo electoral. Fue concejal de Young entre 2015 y 2020 cuando integró la lista de suplentes del candidato a intendente Oscar Terzaghi, quien buscaba la reelección. Es integrante de la mesa departamental del Frente Amplio en Río Negro y es delegada por las bases de ese departamento.

Luego de su designación, sin embargo, a nivel político partidario y sindical varios dirigentes intercambiaron mensajes preocupados por el pasado gremial de la elegida. Es que la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) resolvió expulsarla por su conducta durante la crisis del 2002, por considerar que se alejó de una correcta conducta sindical, según documentos a los que accedió Búsqueda.

La expulsión

En 2002 el país atravesaba una de las peores crisis económicas de su historia, con un impacto fuerte en el sector financiero. Bancos e instituciones cerraron sus puertas, dejando a cientos de trabajadores sin empleo y a miles de clientes sin sus ahorros.

Desde 2001 el Banco ACAC recibía capitalizaciones de su principal accionista, la francesa Crédit Agricole, para mantenerse a flote. Para continuar funcionando sus autoridades elaboraron un plan de reestructura y le propusieron un acuerdo a AEBU.

ACAC planteó reducir la jornada a seis horas, con su correspondiente rebaja salarial, pero despedir a la menor cantidad de trabajadores.

AEBU aceptó. Sin embargo, luego, en diciembre de 2002, Banco ACAC ofreció acuerdos individuales a sus empleados, por fuera de lo que se había negociado con el gremio, con beneficios particulares para quienes aceptaran.

Hubo 34 trabajadores, en su mayoría afiliados a AEBU, que se apartaron de lo acordado entre el gremio y el banco para firmar acuerdos particulares. Estos convenios personales implicaban que se les restituyeran las 8 horas y su salario completo, entre otros beneficios. Unos 30 de ellos inmediatamente presentaron su renuncia a AEBU y otros cuatro, entre los que se encontraba la actual coordinadora del Frente Amplio, no lo hicieron.

Enterado de esta situación, AEBU tomó cartas en el asunto y denunció esta práctica del banco ante el Ministerio de Trabajo. En paralelo, adoptó una serie de medidas internas enfocadas en evaluar la conducta sindical de los trabajadores que, estando afiliados, se apartaron de lo resuelto por el gremio.

A fines de enero de 2003, de acuerdo con los documentos internos, el Consejo de Disciplina de AEBU resolvió no aceptar las renuncias y pasar a estudiar la situación de los afiliados. Se otorgó tiempo para que los denunciados realizaran sus descargos —solo uno lo hizo— y en abril de 2003 el órgano que evalúa la conducta sindical remitió un informe al Consejo Central del gremio recomendando “separar de los registros sociales” a los afiliados, entre ellos Rodríguez.

En las últimas horas hubo dirigentes del Frente Amplio que se comunicaron con Rodríguez para preguntarle por esa situación. De acuerdo a las fuentes, la nueva coordinadora del Frente Amplio respondió que en aquel entonces tenía una deuda en dólares que se le hizo muy difícil afrontar y que el banco le ofreció refinanciarla, pero como contrapartida le exigía desafiliarse del sindicato.

En los documentos, sin embargo, no figura un pedido de desafiliación, sino su expulsión del gremio.

Consultada por Búsqueda, Rodríguez dijo que se trata de un hecho que ocurrió hace 20 años y que fue “en un momento profundamente doloroso” para ella. “Tuve que optar entre el sustento y la tranquilidad de mi familia —en aquel momento tenía dos hijos preadolescentes— y mis convicciones y principios sindicales”, dijo, y agregó: “Cargo y cargaré con esa decisión el resto de mis días. No me hace feliz, pero sé que la tomé con el convencimiento de que sería lo más adecuado para mi familia”.

La coordinadora del Frente Amplio indicó que en su momento lo habló con sus compañeros de trabajo y que ellos la entendieron. “No profundizaré en detalles y mucho menos justificaré mis acciones. Está hecho y nada de lo que diga revertirá lo sucedido”, sostuvo.

Por otra parte, Rodríguez dijo que “esta no debería ser una noticia” en momentos en que debería cuestionarse, según su opinión, “vivir en el país que menos ha invertido en la pandemia” y cuando están combatiendo la ley de urgente consideración.

“Cada uno pone el foco donde entiende que debe. El mío está muy claro y es el mismo que comparto con el sindicato del que un día me desafilié pensando en mi familia, pero compartiendo incondicionalmente sus principios”, concluyó.

Semanario Búsqueda.