Qué lleva en ese rollo? —Tres cuadros. —¿Los pintó usted? —No, los pintó Carlos Páez Vilaró —¿Me los puede mostrar? —No, vamos adentro, a una mesa, no los quiero sacar acá.

El artista le regaló varios cuadros a Dezuliani(foto), con quien trabajó 20 años.

 Mujer detenida con obras de Páez Vilaró es la directora de Casapueblo

Así comenzó el mal trago que vivió en un control de Aduana la directora del Museo-Taller Casapueblo y curadora de la obra de Páez Vilaró, María Dezuliani, cuando se aprestaba a cruzar desde Argentina a Uruguay por el puente San Martín con tres obras sin enmarcar.

"Me preguntaban si eran de verdad o si eran una copia. Yo les di mi tarjeta, les dije que trabajaba con Carlos. La verdad es que la situación me puso muy nerviosa. Pequé por minimizar un trámite que después me enteré que se hace gratis y lleva algunos días. Las obras son mías, me las regaló Carlos y eso lo sabe toda la familia. Nunca pensé que, por llevarlas a mi casa, porque yo soy argentina pero vivo en Uruguay, me podía pasar esto en una frontera de dos países hermanos", relató ayer Dezuliani a El País desde su oficina en Casapueblo.

Varias veces viajó por el mundo con los cuadros de Páez Vilaró, con quien trabajó codo a codo durante 20 años. "Hacíamos exposiciones en China, en Egipto, en Estados Unidos, en Argentina, pero siempre con salidas temporarias. Eran obras que iban y regresaban. De esas salidas hicimos muchas, pero siempre desde Uruguay. Nunca había salido desde Argentina con una obra", precisó. Las pinturas retenidas por la Aduana y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) del vecino país son Teresa y sus dos gatos, La divina del río y Reflexión, tres acrílicos sobre tela que el pintor le había regalado. "Estoy llamando todos los días a la Aduana pero me dijeron que todavía no está el trámite en curso, así que no sé los pasos a seguir", indicó Dezuliani, quien viajará hoy hacia Argentina para asesorarse con un abogado y un escribano.

Robo y cotizaciones.

En diciembre de 2014, Agó y Mercedes Páez Vilaró, hijas del fallecido artista, denunciaron a Interpol la desaparición de un centenar de cuadros de su padre del taller ubicado en la localidad de Tigre. De alguna manera, la noticia de los tres cuadros confiscados se "mezcló" con este episodio del año pasado.

Dezuliani aclaró que ella misma ofreció a las autoridades la lista completa de las obras faltantes. "Les advertí y les recordé lo que había pasado el año pasado con los cuadros que habían desaparecido. Yo misma ofrecí enviarle por mail a la Aduana Argentina la lista completa, con las fotos, de todas las obras que habían faltado, para que constataran que no eran ninguna de las tres mías. Lo curioso es que me dijeron que no necesitaban ese documento, cuando al día siguiente me llamaron de la Aduana de Uruguay para pedírmelo", anotó.

Según explicaron fuentes de la AFIP al diario argentino La Nación, Dezuliani "no podrá recuperar sus obras aunque demuestre que le pertenecen. Sí podrá pagar la multa correspondiente para que no le queden antecedentes".

Familiares de Páez Vilaró respaldan a Dezuliani en la propiedad de las tres obras secuestradas por la Aduana y consideran excesivo el valor impuesto por la autoridad fiscal argentina: US$ 45.000 para Teresa y sus dos gatos, de 2010; US$ 40.000 para La adivina del río, de 2012, y US$ 35.000 para Reflexión, de 2010. "La familia respeta a Dezuliani, es la que más conoce y mejor cuida la obra de mi padre. Fue su mano derecha durante muchos años y le había regalado esos cuadros", sostuvo Carlos Miguel Páez.

La directora de Casapueblo también se refirió a la tasación de las obras: "Pregunté de dónde salieron las cotizaciones y nadie hasta ahora me dio una respuesta. No tienen fundamento; sin desmerecer la obra de Carlos, que ojalá valga mucho por todo lo que nos dejó".

"Las obras fueron un obsequio. No tienen valor comercial, nunca me voy a deshacer de ellas ni de otras que Carlos me ha regalado. Yo no se las pagué y tampoco las vendería", concluyó.

Nota de Andrés López Reilly en El País.