Hay algo que evidentemente no está funcionando y es hora de que los responsables se pongan los pantalones y dejen de mirar para el costado. La gente sufre accidentes, se muere en las rutas  parece no importarnos. De qué sirve mejorar las instalaciones de un centro asistencial, pintar, cambiar cortinas, colocar equipos de aire acondicionado, si seguimos fallando en temas tan esenciales como salvar vidas. ¿Qué otra cosa puede preocupar más a un médico que intentar salvar una vida en peligro?, ¿Para que otras cuestiones vamos a mostrarnos sensibles si no logramos ser solidarios con las vidas humanas que se pierden en el asfalto?, ¿Hasta cuando la mediocridad y la desifia para solucionar un problema tan grave?. Esto debe ocuparnos y movilizarnos a todos como sociedad. Es igual a lo del puerto, com antes lo hicimos por el tomògrafo.  No importa si es izquierda o derecha, si es alto o bajito, si es afin al gobierno o a la oposición. Hay que sacarlo entre todos. Por el bien de todos y tener bien en claro que quién le adjudique intencionalidad política no hace otra cosa que bastardear un digno reclamo de la comunidad. Son justamnete los mediocres y limitados de espíritu, los que adjudican intencionalidades para desvirtuar un tema tan sensible como éste que sigue sin solucionarse desde hace varios años. Vamos a seguir insistiendo sobre éste tema, sin dejar de reconocer los avances cualitativos y cuantitativos que ha tenido la salud pública y privada de la ciudad.

A continuación compartimos el artículo de El Telégrafo que despertó nuestra reflexión. Ayer ocurrió en Paysandú, pero antes sucedió en Río Negro y volverá a ocurrir si no cambiamos la realidad. 

Una joven agonizó 40 minutos en la Ruta 90, sin asistencia tras accidente.

Una joven de 24 años murió luego de agonizar durante al menos 40 minutos, sin recibir asistencia médica, tras sufrir un accidente en la moto en que iba junto con su hijo de 4 años --que permanece internado en estado crítico-- en el kilómetro 6,500 de Ruta 90, en las proximidades del Golf Club Paysandú, al mediodía del viernes.

María Alejandra Odella Díaz, domiciliada en la zona donde se produjo el siniestro, se desplazaba al Oeste desde su casa en dirección a Paysandú por la citada ruta en una moto sin empadronar Asaki 125 cc, llevando como acompañante a su hijo, Jair Benjamín Odella Díaz, portando ambos casco protector.

Al llegar a la recta existente en el kilómetro indicado --con una amplia visibilidad favorecida por la luz del día-- intentó cruzar la ruta con intención de ingresar a la estación de servicio Ancap, sin advertir que en sentido contrario avanzaba la camioneta Volkswagen Amarok, matrícula IAB 3461, guiada por Fernando Jveschuk, de 43, domiciliado en Paysandú, habilitado para conducir con licencia categoría profesional.

SE ATRAVESÓ 

La moto se cruzó delante de la camioneta, cuyo conductor, pese a aplicar los frenos, impactó violentamente al birrodado, desplazándose --de acuerdo a las huellas de frenaje-- unos 100 metros por la ruta antes de detenerse. El impacto fue tal que activó los dos airbags frontales y produjo graves daños en la parte delantera. Al igual que su hijo, la conductora de la moto salió despedida a unos 20 metros tras de la colisión y cayó de cúbito ventral sobre la banquina Sur, en la entrada a un establecimiento, mientras su birrodado quedó destrozado a 50 metros del impacto.

Al lugar acudió personal de la Seccional Tercera de Policía, que solicitó en forma urgente asistencia médica para los accidentados. Diez minutos después arribó una unidad móvil de emergencia médica privada, cuyo personal trabajó intensamente para reanimar al niño, que presentaba escasos signos vitales, para luego trasladarlo a Paysandú. Este sufrió hematoma hepático con laceración esplénica; traumatismo de bazo que requiere intervención quirúrgica inmediata. Quedó internado en la Unidad de Cuidados Especiales, Pediátricos y Neonatales (Ucepyn) de Comepa, donde, hasta la víspera, su estado era crítico.

"SÁLVEMELA POR FAVOR"

Mientras los estertores esporádicos de la joven, que yacía inconsciente, evidenciaban su grave estado, los esfuerzos realizados desde el Centro de Comando Unificado (CCU) de Jefatura de Policía para que una segunda ambulancia acudiera en forma urgente fueron vanos, ya que se recibió una respuesta negativa de las empresas de emergencia privadas y del Hospital Escuela del Litoral. 

Dos médicos que pasaron circunstancialmente por el lugar intentaron asistir a la joven, mientras su padre, quien se había hecho presente, imploraba a uno de los policías: “¡sálvemela por favor!” 

Recién unos 40 minutos después del siniestro, se logró que desde el hospital se enviara una ambulancia, que se hizo presente sin personal médico. Para agilizar el traslado, el móvil de la Seccional Tercera, con sirena abierta, abrió paso a la ambulancia, mientras otros móviles policiales despejaron el acceso a Paysandú, cortando el tránsito a la altura de Bulevar Artigas. De todas formas, María Alejandra Odella falleció tras experimentar, según el diagnóstico de la forense Rosa López, “anemia aguda, rotura de grandes bazos, fractura expuesta de brazo y pierna derecha”. 

Al lugar acudió personal de Policía Científica para practicar los relevamientos de rigor, así como la fiscal Estela Long. La jueza Mercedes Reyes dispuso que, tras el reconocimiento forense, el cuerpo de la fallecida fuera entregado a sus familiares.