A las 10.30 de la mañana, un recluso se trepó a los tanques de agua del recinto y desde allí lanzó la proclama en nombre de la población carcelaria. 

Exigió que las visitas sean más prolongadas “porque somos doscientos acá adentro y nuestros familiares son demorados en los controles” gritaba desde lo alto y se escuchaba en los alrededores de la tranquila población rural cercana a Mercedes. 

Incluso, en una maniobra arriesgada tomó una sábana, se la ató al cuello y amenazó con colgarse desde lo alto de la estructura. 

La situación fuera de control ameritó el llamado al grupo de choque de Jefatura de Soriano y también la presencia del subdirector técnico del INR, Gustavo Belarra. 

Belarra indicó que hubo “golpeteos y roturas de puertas entre otras cosas menores pero no fue un motín” lo que registró en la Unidad 24. Dijo que el individuo trepado a la torre generó nerviosismo “pero en ningún momento se tomaron las instalaciones”. 

Sobre las 16 horas, la situación quedó bajo control, se abrieron todos los pabellones y se sirvió el almuerzo.  “El recluso depuso su actitud y se labró un acta con sus reclamos”, además de realizarse una reunión con los delegados de los pabellones para trabajar “en la mejora de gestión”.

Se escuchó un planteo sobre las visitas carcelarias, pero las autoridades del INR explicaron que las demoras se deben a “criterios de seguridad que se van a mantener”. 

DISEÑO. Inaugurada en febrero de éste año con una inversión de cinco millones de dólares, es considerada por su diseño una cárcel modelo.

Abarca 1200 metros cuadrados de construcción con loza radiante, múltiples comodidades para los funcionarios policiales, celdas de seguridad, salón multiuso y sala de visitas.