Andrés López hace poco más de un mes que se encuentra en Palestina cumpliendo misiones y forma parte del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (PEAPI), un programa cuyo objetivo es apoyar a israelíes y palestinos en sus esfuerzos hacia una paz justa, basado en el derecho internacional. 

Desde allí nos escribió para contarnos distintas experiencias de vida que se ha encontrado en el lugar. 

Arresto en verdes pastos

En una mañana de marzo, Abu Mohamed preparó sus comida y la cargó en su burro. Partió temprano en la mañana rumbo a su campo, donde cuenta con algunos árboles de olivo y cerca de diez hectáreas para cultivar la tierra.   

Su rutina de trabajo implica pastorear sus ovejas y cabras, en una zona de sierras, muy rocosa, donde no es fácil encontrar buen forraje. A veces cuenta con la ayuda de sus nietos, adolescentes entre 12 y 14 años, quienes conocen bien la tarea y pese a algún rezongo aislado, casi no precisan supervisión para dirigir a los animales. Ese fue el caso de esta mañana, donde lo acompañaron dos nietos, Abed y Daleel. A diferencia de las preocupaciones cotidianas que podría tener cualquier productor en Uruguay, Abu Mohamed tiene otros riesgos a considerar cada vez que parte a trabajar. Su casa, su campo y su vida están ubicados al sur de Hebrón, en Palestina.   

Hace más de 84 años que el campo le pertenece a su familia. Primero, lo compró su padre en 1932, durante la ocupación de dichas tierras por el Mandato Británico. Luego, lo heredó él. Sin embargo, como resultado de la guerra de los Seis Días (1967), el estado de Israel pasó a ocupar Cisjordania, y como parte de los acuerdos de Oslo (1993), el campo de Abu Mohamed fue considerado parte del Área C, lo que significa que hasta el día de hoy está bajo control administrativo y militar del ejército israelí.   

En la década de los noventa, el ejército israelí le ofreció comprar el campo, oferta que rechazó. Hasta el día de hoy, procura vivir y trabajar la misma tierra de su padre. Por ende, hace unos años, el ejército israelí instaló una base militar en su campo, por lo que su área de trabajo se vio reducida en gran manera. Varias veces, Abu Mohamed tiene inconvenientes con los soldados, ya que no le permiten pastorear las ovejas cerca de la base. Sin embargo, para él, ésta siempre fue su tierra y le resulta difícil no poder hacer uso de la misma para alimentar a sus animales.

Ese fue el caso de esta mañana, en la cual se encontraban guiando a las ovejas y cabras con la ayuda de sus nietos, cerca del alambrado de la base militar. En determinado momento, Abu Mohamed vio cómo desde la base salió volando un pequeño objeto, el cual cayó cerca de él, emitiendo un sonido ensordecedor. Abu Mohamed sabía muy bien lo que era, ya que no era la primera vez que le pasaba esto. Le habían tirado una granada aturdidora. A continuación, tanto él como uno de sus nietos fueron llevados a la base militar, donde estuvieron en custodia durante una hora. Fueron interrogados nuevamente, pese a que los soldados ya lo conocen y saben que siempre va a pastorear en estas tierras.

“No nos trataron mal”, dijo Abu Mohamed. “Pero su tono (acerca del oficial que realizaba el interrogatorio) no fue muy amable”, agregó. Al preguntarle a los soldados acerca de las razones por las cuales el pastor y su nieto fueron arrestados, el oficial a cargo indicó que se debe pastorear a cierta distancia de la base militar, pero nunca indicó una distancia precisa. “A decir la verdad, no entiendo por qué este pastor viene a pastorear en esta zona, habiendo tanta tierra donde ir”, agregó el oficial del ejército mientras miraba al horizonte. Los campos no están delimitados por alambres o barreras de ningún tipo. Sin embargo, cada pastor sabe dónde puede pastorear y dónde no. Abu Mohamed tuvo la “mala suerte” de ser el dueño de la tierra donde se decidió colocar la base militar.   

Abu Mohamed comenta que en otra ocasión, tuvo una conversación con los soldados en la cual le indicaron que deje de venir con sus ovejas, y que se dedique únicamente a trabajar la tierra. “¿Cómo puede ser?”, pregunta. “¿Qué es un pastor sin sus ovejas? Siempre traje a mis ovejas a estas tierras”, comenta. Abu Mohamed seguirá trayendo a sus ovejas y cabras para alimentarlas en su pedazo de tierra. Es su manera de oponerse a la ocupación.     

Acerca del Área C 

Ver “Area C of the West Bank: Key Humanitarian Concerns” de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (en inglés).   

Acerca del autor y de EAPPI Andrés López se encuentra en Yatta, al sur de Hebrón (Palestina). Forma parte del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (PEAPI), un programa cuyo objetivo es apoyar a israelíes y palestinos en sus esfuerzos hacia una paz justa, basado en el derecho internacional.   Junto a otros acompañantes ecuménicos, provenientes de distintas partes del mundo, monitorea e informa acerca de abusos de derechos humanos, como también acompaña y apoya a familias que día a día sufren los efectos del conflicto. A su vez, también trabaja en conjunto con otras organizaciones palestinas e israelíes para la promoción de acciones no violentas que pongan fin a la ocupación.   

El programa trabaja en diversas partes de Cisjordania y Jerusalén Este, donde los acompañantes ecuménicos conviven durante tres meses en una de las locaciones que tiene el programa. López fue asignado a la locación ubicada en Yatta, en una zona denominada “Las colinas del sur de Hebrón”.

(Los nombres de las personas mencionadas en el presente artículo han sido cambiados para proteger su identidad)