Un hombre de 95 años intenta recuperarse en el CTI del hospital Escuela del Litoral, de un feroz ataque por parte de un perro raza Pitbull. El animal pertenece a la familia del casero en la chacra de la víctima, ubicada en Quebracho, 60 kilómetros al norte de Paysandú.   

“Conocía en teoría lo que podía ser un perro Pitbull pero en realidad ahora pude medir en la carne de mi padre, el destrozo que puede hacer un animal de estas características con una persona indefensa como un hombre de 94 años que no puede poner resistencia alguna” reconoce con impotencia Christian Cusimano, hijo de la víctima.

“Esos perros reaccionan a cualquier gesto. Después de tirarlo al piso lo mordió por todos lados: en las cuatro extremidades, tiene una fractura expuesta cerca de la mano derecha y heridas en la cabeza con gran desprendimiento de cuero cabelludo. En la intervención quedó expuesto parte del cráneo porque no alcanzó la piel para cubrir todas las heridas. Es atroz ver cómo quedó” indicó su hijo. Cree que el animal dejó de morderlo porque pensó que su víctima ya estaba muerta “porque mi padre no podía moverse más”. 

Sostuvo que éste hecho que se suma a una larga lista de situaciones similares, “debe servir de una buena vez por todas para que se tome conciencia de que estos perros no pueden estar en ambientes con proximidades de niños porque pueden reaccionar agresivamente ante cualquier gesto que el animal interprete como una amenaza. Cuando llegué mi padre aún estaba consciente y le pregunté: ¿le hiciste algo? No, me agarró de atrás” le respondió entre tanto dolor y sangre perdida por las lesiones. De inmediato fue trasladado desde Quebracho al hospital de la capital departamental.    

La chacra donde ocurrió el hecho, fue el primer lugar que consiguió Cusimano cuando volvió de Francia tras participar como soldado en la segunda guerra mundial. “El adora ese lugar porque fue allí donde el echó raíces en Uruguay” indicó sui hijo Christian que es quien se ocupa de cuidar, cosechar y comercializar en la feria de los domingos, los productos citrícolas que se producen en esa tierra.

Como estaba sola y una familia le pidió para vivir, aceptaron el planteo sin pensar lo que podía terminar sucediendo.  “El pueblito de Quebracho tiene mucha desocupación y en parte por eso sufrimos mucho vandalismo en la chacra, por lo que aceptamos recibir a esta familia”.

Informó que la denuncia policial fue radicada automáticamente “por el comportamiento irracional del dueño del perro que hasta el día de hoy no me ha llamado para disculparse o preguntarme si precisaba algo” dijo molesto. 

“Que Bienestar animal tome cartas en el asunto y sean capaces de determinar como una familia con tres niños pueden tener un animal de éstas características en su casa, pero además si la situación económica es vulnerable, a tal punto de que tienen asistencia del estado, como es posible tener un perro al que hay que alimentarlo más que a una persona adulta. Esas cosas son incomprensibles”  advirtió Cusimano.  

Indicó que su padre viene reaccionando “bastante bien aunque en la madrugada en forma inconsciente se retiró todos los vendajes y el médico me advirtió que la recuperación por la edad puede ser más difícil. Roguemos que no se infecte” expresó Christian. “La atención en el hospital ha sido muy buena” destacó el familiar.  

HÉROE. Rosaire Cusimano tiene una historia peculiar. Es el único sobreviviente en Uruguay que combatió en el frente de batalla en la segunda guerra mundial. Hoy cumple 95 años y estará en el hospital.

“Sobrevivió a una guerra muy dura con fuego cruzado entre alemanes y las fuerzas aliadas.  Siempre le tocó estar en la primera línea de acción a tal punto que estuvieron tres días esperando a ser rescatados” recuerda Christian sobre la historia de su padre, un hombre que fue homenajeado por la embajada de Francia en Uruguay al celebrarse la rendición de Alemania, fecha  que coincide con el cumpleaños de Cusimano, un ex combatiente que ahora intenta recuperarse de treinta mordeduras de un pitbull.