Hoy se cumplen tres años que asumimos nuestra banca como Representante Nacional por el departamento de Río Negro.
No voy a hacer un balance de todo este tiempo, en definitiva, a diario nos estamos comunicando y ustedes saben de nuestro trabajo, con sus aciertos y sus errores.
Sin embargo, no quiero dejar de mencionar un par de emociones que suceden alrededor de este trabajo, trabajo que es hermoso a pesar de que implica mucho mayor desgaste que el que puede parecer de afuera.
Ser diputado me ha confirmado algo que durante años percibía en mi trabajo en el BPS: que las necesidades de las personas son personales e intransferibles. Todos tenemos necesidad que se nos atienda personalmente, que se nos escuche, que "alguien" nos tienda una mano. En definitiva, todos esperamos en algún momento que se nos apoye. Y eso lo hemos hecho desde el día que asumimos, incluso poniendo en funcionamiento dos secretarías a disposición de la ciudadanía del departamento.
Pero además en estos tres años he aprendido otra cosa, que por más apuro que tengamos, para algunas cosas hay que andar despacio. Las decisiones que se toman desde la política, ya sean nacionales, departamentales, o incluso partidarias, involucran a mucha gente. Y cuando hay tanta gente involucrada se deben atender todas las necesidades, y saber que por allí lo que beneficia a unos perjudica a otros. O lo que hace justicia con algunos es sumamente injusto con otros. Tomar decisiones implica una importante responsabilidad, y en este mundo en el que todos vivimos al instante, y con desmesurada prisa, es bueno recordarnos que no por mucho madrugar...amanece más temprano.
Nos quedan dos años para trabajar por este hermoso departamento, que es trabajar por su gente. Y lo haremos con la misma fuerza que desde el comienzo, pero espero que con mayor sabiduría. Y sobre todo espero ser fiel a lo que dice en la placa que está en la puerta de nuestras secretarías, "Representante del Pueblo de Río Negro"
-Tany Mendiondo