Comienza una nueva exploración subacuática en busca de bienes sumergidos en el Río Uruguay que podrían tener valor patrimonial. A partir de mañana martes 10 de abril un equipo con técnicos de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN) y la arqueóloga del equipo de gestión del Paisaje Industrial Fray Bentos realizarán un barrido sistemático en el entorno de los muelles del Exfrigorífico Anglo. La tarea se extenderá por unos 10 días, dependiendo de las condiciones climáticas. Esta es la segunda exploración subacuática en el área declarada patrimonio mundial por la Unesco, e incluiría también la inmersión en el río para tomar contacto directo con los objetos.

Los técnicos de la CPCN Alejo Cordero y Valerio Buffa, junto con la Arqueóloga Andrea Castillo de la comisión técnica del sitio patrimonial, intentarán detectar bienes de valor patrimonial que puedan ser afectados por las futuras obras de recuperación del muelle. La operación será similar a la realizada en mayo pasado, pero ahora se concentrará exclusivamente en la zona fluvial que rodea los muelles. Los tres técnicos recorrerán la zona una y otra vez embarcados en un bote con equipos de detección remota y sistemas de posicionamiento vía satélite (GPS). Los equipos pueden detectar objetos enterrados en el lecho del río.

La búsqueda subacuática es parte de los estudios de impacto necesarios para planificar la futura reconstrucción del muelle principal del Exfrigorífico. Este proyecto, a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), apunta a habilitar el muelle para actividades náuticas con embarcaciones menores y como paseo turístico.

En una primera etapa se realizará una aproximación instrumental con equipos de detección remota, mediante una sonda mono haz variable y un sonar de barrido lateral conjuntamente con la aplicación de un gradiómetro gravitacional. En una segunda etapa se desarrollarán inmersiones en el río con equipos de buceo a efectos realizar un contacto directo con los objetos que eventualmente se encuentren. De esta forma se obtendría información suficiente para realizar una descripción, relevamiento y contextualización de los objetos detectados, y determinar las acciones de mitigación o corrección de impacto que sean necesarias para realizar las obras de reconstrucción del muelle.

Si bien los estudios realizados el año pasado solo permitieron obtener imágenes a distancia por medio de un sonar y sin contacto directo con los objetos, sí pudo confirmarse la existencia de innumerables piezas que podrían presentar interés patrimonial. Alejo Cordero, buzo instructor en arqueología náutica y curador de la CPCN, explicó entonces que se encontraron vagonetas, pilotes yacientes, una o dos anclas, cadenas de dimensiones importantes, otros posibles restos náuticos y decenas de piezas de menor tamaño vinculadas al tipo de actividad que se cumplía en el Anglo y que han quedado congelados en el tiempo adentro del agua.

Se trata de objetos sumergidos o enterrados en el lecho del río que pudieran haber caído al agua durante las operaciones de carga y descarga de buques, desarrolladas entre 1865 y 1979.

Fuente intendencia de Río Negro.