Un productor rural de 58 años fue detenido en averiguaciones al presumirse que se apropiaba de ganado ajeno, en el marco de un procedimiento llevado a cabo por la Brigada Especial de Prevención del Abigeato (Bepra). 

Problemas laborales entre el productor y un peón, de 32 años, empleado desde hace cuatro años, llevó a que éste último presentara una denuncia contra su empleador, acusándolo de maniobras fraudulentas con las caravanas de trazabilidad de vacunos ajenos que entraban por distintas razones a sus campos y luego los comercializaba.

Según relató el empleado rural en la Seccional 13ª de Piedras Coloradas, su patrón cortaba las caravanas de vacunos ajenos y les colocaba la de su propiedad para luego embarcarlos para frigorífico. Agregó que las últimas maniobras consistieron en embarcar dos vacas de invernada pertenecientes a un vecino lindero. Añadió que su patrón contaba en un establecimiento forestal con una vaca ajena, a la que también había cambiado su caravana por una de su propiedad, informó hoy El Telégrafo de Paysandú.

El productor rural denunciado, que se dedica a la invernada de ganado, posee un establecimiento en Ruta 90 pero a la vez arrienda tres predios; posee aproximadamente 1.800 vacunos y unos 3.000 ovinos. Averiguaciones practicadas por personal de la Bepra permitieron establecer que en el embarque hacia el sur citado por el peón rural, figuraban dos vacas con edad de terneros. Por ello se citó al productor denunciado, quien negó haber cambiado caravanas o embarcado animales ajenos. 

No obstante, al día siguiente se allanó uno de sus establecimientos. Mientras algunos de los policías efectuaban un recuento, otros practicaban --en presencia del productor-- una minuciosa inspección en los corrales y el tubo de embarque, hallándose una caravana visual de trazabilidad propiedad de un vacuno ajeno cortada. Los efectivos continuaron la búsqueda con un escáner de caravanas de trazabilidad hasta que el aparato alertó la existencia de un chip de trazabilidad bajo tierra, por lo que se comenzó a excavar hasta encontrarlo, coincidiendo su numeración con el que le faltaba a la vaca.

Dado que el estanciero alegaba que se trataba de una maniobra de su empleado para inculparlo, el personal policial inspeccionó 200 reses hasta encontrar otra vaca que poseía también una caravana registrada como un novillo de 23 meses.

Con la prueba a la vista, se condujo detenido al productor a la Dirección de Investigaciones, donde, interrogado por personal de la Bepra, habría admitido haber cambiado la caravana a la vaca de su vecino por otra de su propiedad, ya que ese animal se encontraba desde hacía más de cuatro años en su predio. 

Expresó que a los terneros nacidos de esa vaca --en los años 2013 y 2014-- les colocó caravanas y marcó como suyos y que una vez que la vaca no diera más crías la engordaría para embarcar a frigorífico. Además habría confesado haber cortado varias caravanas en su establecimiento, algunas de ellas a animales ajenos, embarcando dos vacas como había denunciado su empleado, desconociendo a qué vecino pertenecían. 

Ante esta situación, los efectivos realizaron un allanamiento en el domicilio del detenido y ocuparon 15 caravanas nuevas sin uso, en sus respectivas cajas, que en el Sistema de Trazabilidad estaban registradas como animales vivos, con sus respectivas razas y edades. Consultado el respecto, el estanciero dijo que colocaba esas caravanas a vacunos que presentaran problemas de trazabilidad o figuraran como ajenos.

Seguidamente, en campos del productor investigado hallaron otros nueve vacunos ajenos, pertenecientes a vecinos, quienes dijeron que nunca habían sido alertados de esa situación. 

Una vez ante la Justicia, se dispuso la libertad del productor rural, en virtud de que pagaría al damnificado las vacas embarcadas y los terneros caravaneados a su nombre.