Con una serie de anuncios, celebraron el tercer año de la declaratoria de Unesco al ex frigorífico Anglo como patrimonio mundial.

Guillermo Levratto como gestor del sitio y Oscar Terzaghi como intendente de Río Negro, enumeraron una serie de avances en la cocina del mundo y firmaron nuevos convenios de cooperación interinstitucionales para el desarrollo del sitio.

“Asumimos el compromiso y poco a poco vamos avanzando en el objetivo de transformar una fábrica de alimentos en una fábrica de conocimiento” indicó Terzaghi, tras lo cual explicó que el ex complejo cárnico que ya alberga a la  Universidad Tecnológica que es modelo en el país, en virtud de los aportes de UPM y del gobierno de China, está también a punto de consolidar un polo de UTU con una inversión de 7 millones de dólares y la instalación del Instituto de Formación Docente.

 “Al igual que como ocurre en cada partido de la selección, nosotros decimos sabremos cumplir” expresó por su parte Guillermo Levratto, secretario general de la intendencia.

 A la ceremonia asistieron ex trabajadores que no ocultaron su emoción como el caso Melania Martinez, una mujer de 92 años que vino desde Italia con 7 años escapando de la guerra. Su padre ya trabajaba en el Anglo. La gran cocina del mundo albergó a inmigrantes de más de 60 países y transformó a Fray Bentos en una ciudad cosmopolita.  

 “Trabajaba en la zona de etiquetado cuando mandábamos las latas a la guerra” recuerda Melania con nostalgia, una época dorada de la ciudad. Uruguay era la Suiza de América y Fray Bentos el mejor lugar del país para trabajar y vivir. En ese entonces se decía que cuando los 4500 obreros cobraban sus quincenas, era como que cayera la grande en la ciudad. Ésta se transformaba en una verdadera “romería”. El ex empleado Ramón Ditre, entregó al museo un recibo de unas de sus quincenas y una herramienta empleada en el desposte de la carne, algo que atesoraba con cariño.

OBRAS. La ministra de Turismo, informó acerca de los avances del Plan Maestro de Interpretación y diseño ejecutivo del Centro de Visitantes del Anglo, en el marco del Programa de Desarrollo de Corredores Turísticos como punto de referencia dentro del Corredor de los Pájaros Pintados. La obra se financia mediante cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Será un espacio de referencia para recepcionar turistas con mayor calidad de servicios” indicó la ministra que anunció que éste año quedará operativo el primer circuito patrimonial que incluye además de Fray Bentos, Colonia del Sacramento, Carmelo que es “muy artiguista” y el geoparque Grutas del Palacio de Trinidad.  

El ministro de Transporte Víctor Rossi, informó que a la brevedad se realizará el llamado a licitación para reconstruir el viejo muelle de madera que quedará operativo para el atraque de embarcaciones, otra forma de atraer a turistas de la región. El presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, Gabriel Rodríguez, también firmó un acuerdo por 170 mil dólares para construir el acceso peatonal sobre el arroyo Laureles hacia el histórico barrio. Daniel Martinez, intendente de Montevideo y Oscar Terzaghi, firmaron un convenio para el intercambio de archivos fotográficos y la capacitación de funcionarios en materia de conservación. Los festejos continuaron en el teatro Miguel Young con una gala de tango en un concierto con músicos y bailarines de las dos orillas del río Uruguay.

HISTORIA. El frigorífico Liebig´s (Anglo después) fundado en 1865, fue la primera multinacional de alimentos en la historia de la humanidad, donde se desarrolló el revolucionario extracto de carne y posteriormente el corned beef que inundaron las góndolas de Europa para cambiar definitivamente el paradigma de la alimentación a fines del siglo XIX y principios del XX.

Los visitantes pueden visitar en Fray Bentos el coloso industrial único en su tipo en el mundo que se mantiene en pie. Esa fue la principal razón para que UNESCO resolviera nominarlo como Patrimonio Cultural e Industrial.

En una visita guiada con guías bilingües, el turista quedara fascinado al recorrer las añejas instalaciones que oficiaron “de cocina del mundo” para las fuerzas aliadas durante la primera y segunda guerra mundial.

MENSAJES A LOS SOLDADOS.  El investigador René Boretto, recuerda que las trabajadoras de Fray Bentos “cuando le ponían las etiquetas a los tarros le escribían mensajes de aliento a los soldados. Vaya a saber si alguno leyó y entendió el español, pero eso representa un involucramiento emocional de las mujeres del Anglo  que no se limitaba a darle de comer a quienes estaban en las diferentes trincheras. Documentos de la Liebig´s (después de Anglo) dan cuenta que en la primera guerra mundial distribuyeron 100 millones de cubos que hoy conocemos como calditos.Ese amargo concentrado, donde en un kilogramo del producto industrial, quedaban resumidos 32 kilos de pura pulpa de las vacas uruguayas, sirvió de primer alimento a los astronautas de Jules Verne, en su novela Au detour de la lune.

El concentrado tampoco dejó de demostrar su valía alimenticia y su fama al estar en todas las vituallas de los expedicionarios que dieron a conocer al mundo recónditos lugares de África Central, Groenlandia y hasta el mismo Polo Sur.

Boretto cuenta también que "Stanley lo utilizó en las selvas centroafricanas cuando fue a rescatar a Livingstone y que hasta John William Alcock y Arthur Whitten Brown lo consumieron durante el primer vuelo trasatlántico sin escalas (1919).

EXTRACTO. La creación del extracto de carne fue un proceso de investigación de laboratorio tan exitoso, que recientemente se halló en Manchester una lata de extracto de carne que tenía 67 años de envasada, y, al abrirla, su contenido estaba intacto en gusto y sanidad, apto para su consumo.

La Dra. Lucía Lewowic, actual directora del departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Udelar, fue becada por el gobierno de Alemania donde profundizó la investigación sobre Justus Von Liebigs.

“Los uruguayos y alemanes tienen que saber que Liebig es considerado hoy con el mismo nivel intelectual de Isaac Newton como químico, científico e investigador de la ciencia”, informó oportunamente Lewowicz, precisando que lo llaman “el padre de la química orgánica” porque en esencia desarrolló la química que transformó la agricultura y la ganadería.

MUSEO. En el museo de la Revolución Industrial, conocerán piezas únicas que formaron parte del desembarco de la revolución tecnológica en el Río de la Plata. Pueden ver la primera lamparilla eléctrica que se encendió en el Uruguay (justamente en la fábrica) y hasta un ternero con dos cabezas que se conserva a la perfección.

Las oficinas de estilo inglés, quedaron de la misma forma que el último día de trabajo. El visitante encontrará el área administrativa como si la fábrica hubiera cerrado ayer. Allí se exhiben escritorios, máquinas de época, todo lo cual constituye un mágico paseo que transporta al visitante hacia el pasado.