Parece que hubiesen hablado, pero no. Parece que hubiesen conversado, pero no. Parece como si todos se hubiesen encontrado para responder a una pregunta: ¿Cómo te gustaría e imaginás que fuera tu ciudad del futuro? Pero no. No se conocen. Uno no sabe de la existencia del otro. Tienen entre ocho y doce años. Viven lejos. Son de Montevideo, de Salto, de Melo, de Fray Bentos y de Parque del Plata. Y sin embargo, todos ellos se imaginan ciudades parecidas.
Quieren autos voladores pero que no contaminen. Quieren tener dos alas para poder volar. Quieren lugares verdes. Quieren plazas. Quieren hamacas, toboganes y "otros juegos más". Quieren que la gente se ayude, que nadie esté enfermo y que nadie sufra. Sueñan con ser libres y con que el sol no se vaya nunca. Sueñan con soñar y con cumplir sus sueños. Se imaginan que el futuro va a ser distinto al presente. Que su ciudad va a tener más colores y con ellos todo va a ser diferente, porque siempre un mundo rojo, amarillo, azul, verde y violeta es mejor que uno oscuro.
Los niños siempre tienen una ventaja sobre los adultos: la imaginación, la facilidad con la que pueden abstraerse de la realidad y crear otros mundos posibles, otros mundos mejores que este mundo, otros en los que puede suceder lo que ellos quieren que suceda. Mundos en los que pueden ser lo que deseen ser, tener castillos, autos, dinosaurios y naves espaciales, viajar al espacio, a la Luna y a Júpiter, ir a París o a Japón con solo desearlo y sin irse lejos.
Podían imaginar lo que quisieran. Y todos, en algún punto, quisieron que en el futuro su ciudad sea más limpia, más segura, que seamos mejores.
Este es un homenaje de Revista Domingo para ellos, que creen en el mundo, en los súper poderes y en transformar cualquier cosa en lo que ellos quieran, que miran con otros ojos y siempre entienden todo mucho mejor que nosotros. A ellos, ¡feliz día! (Y gracias).
Julián Agostini Rojas - 12 años | Fray Bentos
Laa ciudad que se imagina Julián
En el futuro me imagino a mi ciudad llamada Fray Bentos muy evolucionada. La UTEC abrirá oportunidades y nos dará nuevas carreras que aún no podemos imaginar. Vendrá más gente de todos lados a estudiar allí. Por lo tanto se desarrollará la parte de hotelería y gastronomía. Crecerá el mercado y esto hará que Fray Bentos se agrande.
El Anglo, "la pasada cocina del mundo" y patrimonio histórico de la humanidad será más reconocido globalmente y pienso que habrán paseos a través de vías férreas en las instalaciones. También la intendencia habrá tomado precauciones ya que este patrimonio será muy antiguo y delicado. Cada año vendrán más fotógrafos a capturar la belleza de este lugar a orillas del extenso Río Uruguay acompañado de sus hermosos atardeceres.
Las Cañas seguirá siendo un lugar tranquilo y lleno de naturaleza. También se habrá llevado a cabo un proyecto de limpieza y cuidado del agua para que podamos seguir disfrutando de este hermoso balneario lleno de vegetación y fauna.
La plaza Constitución seguirá manteniendo su elegancia gracias a ese majestuoso kiosco.
El teatro Miguel Yong será muy reconocido a través de su historia romántica reflejada en su delicada decoración. El Teatro de Verano atraerá a más murgas provocando más risas entre la gente.
En conclusión, Fray Bentos será un lugar fértil para que todos puedan sembrar sus sueños.
Fuente y fotografía Diario El País. Artículo de Soledad Gago