Análisis. Después de insistir en cuatro elecciones, Oscar Terzaghi cumplió un sueño. Y con él, el sueño de cientos de frenteamplistas que se emocionaron hasta las lágrimas. Quedaron muy atrás en el tiempo, los recuerdos de aquellos que eran perseguidos por pensar diferente. Fueron en defintiiva los que sentaron las bases para que 40 años después, junto a otra generación el Frente Amplio llegara por primera vez al poder.

Por eso hoy Terzaghi, Krasovski, Ergui, Lambatov y muchos más, cantaron, bailaron y no dejaron de festejar. Tantos años, tantas elecciones masticando el polvo de la derrota que algún día iba a llegar. Un viejo dicho dice que al final la perseverancia paga. Es el mérito de la constancia contra viento y marea.  Es tiempo de festejar. Ya vendrán las noches de desvelo, los problemas a enfrentar, las demandas externas e internas y las desilusiones con aquellos que no supieron esperar o simplemente entender que se gobierna para todos y no para algunos. Todo a su tiempo. Pero ahora, es tiempo de festejar.  

El intendente electo se mostró con los pies en la tierra y por momentos lejos de la euforia, quizás consciente de la responsablidad y los desafíos que le esperan por delante. Fue una buena señal y ojalá encuentre la sabiduría para elegir los mejores hombres y mujeres que le acompañen en la gestión. Es tiempo de darse cuenta que aquellos que buscan siempre confrontar o inventar un enemigo como motivo de vida es algo que ha quedado en el pasado. Los tiempos han cambiado y la gente necesita de gobernantes pragmáticos que aporten soluciones a los problemas de hoy. Multiplicar a los "Guillermo Levratto" no es tarea sencilla pero marca el rumbo de lo que quiere la ciudadania.

Al cabo de cinco años, será la gente la que en definitiva dirá si la gestión fue buena, regular o mala. Lo que si está claro, es que hay una fuerza politica en Río Negro, que no conocía el poder de estar en el gobierno y hoy tiene esa posibilidad. Es hora de aterrizar los ideales, de pasar los sueños de un papel escrito hace años a la realidad de la calle. De ejecutar lo que se piensa y de hacer lo que siempre se reclamó. Llegó la hora de demostrar. Supone madurar en todo sentido y con todo lo que ello implica. En 5 años todos irán a las urnas habiendo pasado por el "Palacio municipal".  El deseo desde aquí es que a Terzaghi le vaya lo mejor posible, porque eso significará que al departamento le ha ido bien.