El pasado viernes 15 de junio personal municipal recibió una capacitación en el manejo de desfibriladores.
La instrucción se llevó a cabo en el marco de una articulación entre la Intendencia de Río Negro (IRN) y AMEDRIN, institución médica privada que cedió su salón de usos múltiples para el caso. La capacitación estuvo a cargo de Pablo López quien es Instructor de la Asociación Americana del corazón desde el año 2000, Co Director del Centro de Prevención, Instrucción y Emergencias, miembro actual y ex presidente del Consejo Nacional de Resucitación, y Co redactor de la Ley 18360 la que obliga a las grandes superficies a tener desfibriladores y entrenar en su operación tanto al personal de la salud como comunitario.
López consignó que está previsto que por cada Desfibrilador externo Automático que sea instalado sean entrenados en su uso 8 funcionarios y que luego cada institución extienda la instrucción al resto del personal para poder cumplir con el marco legal vigente.
La capacitación dura 3 horas e incluye las principales emergencias que se pueden llegar a enfrentar (implementación de primeros auxilios), reconocimiento de una muerte súbita (cuando una persona se desvanece, no responde, se constata que no respira o lo hace con dificultad) saber qué maniobras se deben hacer en tales casos (masaje cardíaco y utilización de un desfibrilador externo automático) mientras se espera la llegada de una ambulancia, la que debe ser solicitada inmediatamente a la constatación del caso.
Actualmente se cuenta con desfibriladores en áreas en las que confluye mucha gente, o se está incorporando el instrumento y la capacitación específica para su implementación. López afirma que en caso de suceder una muerte súbita en un área donde se cuenta con desfibrilador y personas capacitadas en reanimación cardiopulmonar “la víctima tiene grandes chances de poder ser resucitado, sobrevivir a esa situación sin agravio encefálico y poder irse para la casa”.
Las estadísticas indican que en los casos que involucran muerte súbita la sobrevida es de 1% a 5% cuando no hay desfibrilador ni personal capacitado, lo que, en estas últimas circunstancias mencionadas, produce que la sobrevida supere el 50%. (Fotos de entrega de desfibriladores).